sábado, 22 de enero de 2011

Proyecto bonsái Misho

Me gustaría haceros partícipes de mi paranoia mas reciente:

A pesar del poco tiempo que llevo en el mundo del Bonsai hace un par de meses me atreví a empezar un pequeño proyecto: La creación de un bonsái Misho (a partir de semilla), puesto que eso me permitiría modelar la planta desde el principio, aprendiendo las técnicas necesarias para la creación de un bonsái adulto.

Después de informarme un poco por internet me hice con semillas de mandarina corriente. Vamos que me comí unas mandarinas y de allí surgió la idea. Escarifiqué una, sembrándola en un recipiente pequeño relleno de algodón hidrófilo humedecido con agua. Regularmente mantuve el nivel adecuado de humedad y “et voilà”, dos semanas después la semilla presentaba una incipiente raicilla (radícula). La planté ahora en un tiesto minúsculo y unas semanas después surgió con fuerza un tallo con dos incipientes hojas.
He colocado una rejilla plástica amarrada con una goma al tiestecito, con la finalidad de limitar el crecimiento vertical de la planta, y así conseguir que el tallo se enrosque de una forma natural en sí mismo.

Contento con el resultado me he decidido a ampliar un poco más el proyecto, añadiendo semillas de ciruela roja (Prunus domestica), de limón (Citrus x limón) y de nuevo un par de semillas más mandarino (Citrus Deliciosa).
Para romper la cáscara de las semillas de ciruela he usado un cascanueces, y posteriormente he escarificado un poco su tegumento usando unas pinzas de depilación, a fin de permitir una mejor penetración de la humedad. Usando las mismas pinzas he eliminado parcialmente el tegumento de las semillas de limón y mandarino, con cuidado de no malmeter el embrión y lo que será la radícula.

Posteriormente las he sembrado todas usando un tarrito de plástico rellenado con algodón humedecido  a la espera de su germinación.
Veremos que tal.

miércoles, 12 de enero de 2011

Señor Oscuro - Cotidianidad 3

El Señor Oscuro observaba complacido el avance de sus tropas a través de las llanuras. Desde ese mismo lugar, en lo más profundo y oscuro de sus dominios,  su padre partió con un gran ejército, mucho tiempo atrás, cuando él era tan solo un retoño. Nunca regresó ni se supo más de él o de sus hombres. Algún temible y desconocido enemigo acechaba al salir de las confortables y seguras tinieblas de Kama’aH.
El paso del tiempo le había transformado. Nada quedaba ya del joven cachorro. Su cuerpo era ahora una inmensa mole negra tanto que parecía devorar la misma luz. Sus súbditos se habían multiplicado en gran número, y sus bravos guerreros sometieron todo el reino. De nuevo se hizo necesario conquistar territorios más allá del linde, por lo que oleadas de invasores marcharon por los pasos que salían de su hogar internándose en lo ignoto.
El regreso de los primeros exploradores trajo excelentes noticias. Avanzaban de forma constante y sin encontrar apenas resistencia, ocupando una zona tras otra y maravillándose en cada una de ellas con nuevos e increíbles descubrimientos. Se dispusieron los preparativos y el Señor Oscuro y un numeroso séquito partieron hasta la retaguardia de sus tropas, para iniciar desde allí la marcha triunfal y explorar su nuevo imperio.
La columna iniciaba ya su pomposo avance cuando un rumor distante acalló la fanfarria. La poderosa visión del Señor Oscuro divisó su fuente en el lejano horizonte: Un plateado objeto de descomunal tamaño que oscilaba a uno y otro lado, avanzando rápida e inexorablemente hacia Kama’aH .
Pronto su estructura fue discernible: Su cuerpo media más de veinte pies y reflejaba la luz en destellos cegadores. Un solitario y centelleante ojo carmesí  en su tez le confería una demoníaca mirada. Pequeños pero veloces brazos atrapaban a sus soldados arrastrándolos bajo su cuerpo donde unas poderosas fauces rugían tragándolo todo.
El séquito despavorido abandonó sus puestos en tropel tratando de regresar a la seguridad de Kama'aH. Sólo el Señor Oscuro permaneció impasible desafiando a su verdugo, preparado para reunirse con sus ancestros. Desde la segura profundidad de Kama'aH, su vástago, una joven pelusa todavía, maldecía a los dioses y juraba venganza contra Roomba.